Los
paseos de la muerte son unas romerías que en muchas oportunidades deben seguir
los usuarios rasos del sistema de salud colombiano. Consisten en unos desplazamientos
entre quejidos y blasfemias a través de unidades de urgencia de hospitales que
dependen de las entidades prestadoras de servicio, las cuales colocan unos
anillos de seguridad, o filtros, para impedir que se les cuele alguien que
según unos evaluadores, de dudosa procedencia o malintencionada instrucción,
tenga una afección que no sea "de vida o muerte", y que requiera de
la utilización de tecnología costosa. Ese fue más o menos mi caso. Fueron
desafortunadas cuarenta horas de dolor, desconcierto e indignación que
terminaron con un infarto grave que me ha tenido ya 12 días en el hospital.
Como
la Parca a veces se despista, al parecer se enrumbó en la esquina y se le
olvidó recoger el bulto que tenía haciendo cola en la próxima parada de su
carroza mortuoria, dejando a su contenido padecer conectado a un servicio de
cuidados intensivos, ligado a los líquidos vitales por mil tubitos y sedado por
gruesas dosis de morfina. No era el momento, todavía.
La
sabiduría del corazón se enriqueció con dolorosas vivencias de otros pacientes
multifacéticos que derramaban sus quejidos en la larga galería de camillas.
Ojalá que esta infusión de realismo abrupto ayude a apaciguar muchos afanes que
tanta pelotera humana, tanto insólito cataclismo terráqueo, tanta porquería
social, tanta partícula mugrosa en el aire, nos traen a diario a las ventanas
múltiples del cuerpo, el apartamento, la vida.
Mientras, preparo un temita por los lados de la Sierra de Santa
Marta a ver si los hermanitos mayores, tan maltratados ellos, nos dan algunas
pistas elementales.
Les va un abrazote desde esta salita del hospital San Ignacio
desde la que logro, por fortuna, acariciar un boceto de los cerros orientales
bogotanos.
Diego, querido cuídese que aquí lo estamos esperando.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo de las entrañas de Canal 7 a la salita del hospital San Ignacio.
alejandro
Me encantó que la Parca estuviera despistada y nos permitiera continuar sacándole punta a ésta vida.
ResponderEliminarCuídate mucho.
Un abrazo,
Esperanza
Querido amigo...te llevo en el corazón, ese que en tu caso supo resistir esta embestida. Hasta que pueda darte un abrazo, Carlos
ResponderEliminarHola revivido con el corazón en la mano. Ya era hora que le viniera el juicio! Lo malo es el dolor, del cual me gustaría mucho nos relate en detalle. Dicen que duele salirse del envoltorio y, cuando a veces no ocurre,uno sale mejorado. En Ud. no tengo duda. Me encantaría verlo de cerca sin abrazos que pueden provocarle dolores, susurrándole al oido que lo quiero mucho y que en ésta nos veímos, como diría un huaso... antes que la Pelá nos lleve de paseo al mundo donde nos encontramos todos.
ResponderEliminarFuerza y cuidados para no repetir la historia, que sería una necedad. Risas y besos acaramelados.CG.
Uno se da cuenta que es pobre cuando necesita un medico.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo de kakalo y Marcela.
Maestro Diego, como siemrpe enterandonos tarde de esas infartantes noticias: Se le quiere mucho y cuidese
ResponderEliminarAlirio Gonzalez
Aquí siguiéndole los pasos día a día y alegrándonos -demasiado- de que se haya quedado de este lado. Besos ticos.
ResponderEliminarViejo Diego:
ResponderEliminarTranquilo que al director de El corazón este no le va a jugar una mala pasada. Vaticino que vos vas a cerrar el ciclo viejo y jorobado en Notre Dame.
Carolina, Vero, Luis Fernando y Rafa te mandan muchos cariños,
Elizabeth
Quedo con el Corazon en la mano, maestrico. Cuando fue esto? como anda? No le digo que lo llevo en el corazon, no va y me de un soponcio a mi tambien, pero eso si le digo que lo llevo bien adentro, pero le quiero hacer claridad, que es en el alma, no va y piense que despues de todos estos anios de exilio voluntario aca en Chicago, me gustan los muchachitos como vos.
ResponderEliminarY que mas?
Lindo nuestro, gracias por ser tan fuerte. Nos espera un buen trecho para la historia con alas y para abrir muchos más artistas y para soñar más a esta Colombia que nos has dado tan hermosa, desde tu Corazón. A ti y a sally y Tomás todo el amor y amistad
ResponderEliminarHola Diego! Muy buena entrada. Es una lástima que suceda esto en Colombia. Lamentablemente, creo que sucede en casi todo el mundo. Tengo una historia similar, que si tienen ganas se las cuento, relacionaada a algunos hoteles en buenos aires. Saludos!
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