"La Galería" está en un segundo piso a una cuadra de la
universidad del Amazonas. La cineticada va llegando graneadita. Al inicio se ven tímidos, distantes. El
desfile se vuelve gentío. Las mesitas dispersas del bar intelectual de
Florencia se convierten en una larga mesa de trabajo. Tres chistes medio bobos
para relajar el ambiente logran sacarles unas tímidas sonrisas o una mirada que
pareciera decir “¿y ese man qué….?”. El
clásico presentémonos, quiénes somos, de dónde venimos y agréguenle, por favor,
de dónde son sus padres y abuelos. Una buena excusa para que el mapa de las
migraciones internas causadas por el conflicto aparezca nítido, clarito. Faltan
algunos, no importa empecemos.
En homenaje a la Galería de los oficios en Florencia, Italia (Galleria dei Uffizi)
1. DE LAS BRASAS A LAS LLAMAS
Foto de David Covo |
Foto de David Covo |
Antes de que salga el sol, María está caminando. Cuando camina
parece empujar el aire, los recuerdos,
las moscas, lo que estorbe. Primero la calma y el bulto de comida del
mercado para calmar el hambre de sus nietos. Los hijos no están. Están regados
en los cementerios que adornan el paisaje de sus largas caminatas. Setenta años
de aquí para allá. De allá para acá. Cambie de lugar porque el papá es violento
y violador, de allá para acá porque el primer marido es borracho y ataca, como
el segundo, como todos. Como la guerrilla que la sacó del norte, como los paras
que la sacaron del sur, como el ejército que la sacó de donde llegó, de donde
esté. Florencia es ahora una ruta
diaria, de la casa a la plaza, de la plaza a la cita médica, del médico a la oficina de
víctimas, que lleve otro papel, que declare, que demuestre. Camine que,
caminando, a lo mejor, cualquier mañana le llegará alguna paga que indemnice sus recuerdos.
foto de David Covo |
La voz de María no acusa ni delata, son sus pasos los que
cuentan el relato. La vida de María es así. Por eso camina con el bulto al
hombro entre la plaza de mercado y la cocina, con la escoba sacando el polvo
entre la salita y los cuartos, con la convicción de que esos muchachos, si dios
quiere, saldrán adelante.
foto de David Covo. |
¿Logrará José, su nieto, entrelazar el relato de María con el del jefe de un frente guerrillero y el de una sociedad que no ha explicado en voz alta lo que pasó? ¿Logrará descifrar el por qué de esta guerra tan larga? Por el momento, José, te recomiendo que, en las noches, cuando te acuestes en el catre al lado de tu abuela, más allá de tu desespero, escuches el relato de los pasos de una mujer que por terca, o por instinto, se levantará mañana a buscar el bulto de víveres para alimentar esa chorrera de muchachitos que dejaron sus andanzas.
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