domingo, 16 de junio de 2024

TRAYECTOS Y TRAYECTORIAS

https://www.facebook.com/watch/?mibextid=VhDh1V&v=998342365017939

La noticia me llegó entre Tutunendo y Carmen de Atrato, en el primer tramo de un periplo fascinante -y extenuante-, que nos llevó a visitar por carretera, con cámara y dron, las geografías que sobrevolaba y los aeropuertos donde aterrizaba como aviador comercial en mi juventud. Justo en el momento en que empezaba a conjugar en imágenes las experiencias y visiones de la aviación que abandoné (menos en mis sueños) y las de más de 4 décadas dedicadas al cine de lo real, recibí una llamada en la que me informaban que era una de los 70 ganadores de la convocatoria Trayectorias, "...que reconoce los aportes y el legado de personas mayores de 70 años en los campos de las culturas, las artes y los saberes... Artistas que con su trayectoria han contribuido significativamente a la vida artística y cultural del país, dejando un legado a las actuales y futuras generaciones". Confieso que se me vino un lagrimón del tamaño del aguacero al rato bañó la inmensa y frágil selva chocoana. Mi reacción fue pedirle a la chica del Ministerio que repitiera la noticia. Encendí el parlante del celular para que mi equipo la escuchara y juntos lanzamos un grito que debió confundirse con el de los grillos y el de los micos aulladores que celebraban la llegada de las ariscas lluvias del último año. Pero era tal el agite y la concentración que teníamos que mantener durante las dos semanas que duró "el paseo" por El Chocó, Urabá, El bajo Cauca y el Magdalena medio, que la noticia quedó en QAP mientras aterrizábamos en las pistas de la realidad. Ayer llegamos de Puerto Berrío cargados de territorios exuberantes y huellas del omnipresente conflicto. Hoy fue día de reposo y reconexión con "la realidad" cotidiana. ¡Coño! pero si me gané una convocatoria que hasta platica ofrece sin necesidad de hacer reportes, validación de facturas, ni firmas en los releases, ¡hay que celebrar! Todo el sartal de papeles que envié a la convocatoria -un par de meses buscando certificaciones, contratos, recopilando prensa, fotos, afiches y declaraciones de personas que fueron testigos de la terquedad y la pasión que le pusimos al oficio- convencieron a los jurados de que la decisión de abandonar la aviación para venir a recorrer, a ras de suelo, cámara al hombro, la realidad de un país revolcado, agredido, masacrado, pero resistente y maravillosamente diverso, fue una decisión pertinente. El sentimiento ulceroso de haber trabajado durante años y no tener derecho a una pensión se mitigaba repentinamente gracias a una decisión gubernamental que, por primera vez, compensaba un colectivo de viejos trabajadores de la cultura... ¡Brindemos por eso!...Va un abrazo enorme y mis agradecimientos a todas las personas que me han ayudado en la construcción de mis películas, en el desarrollo de mis prácticas pedagógicas, en las acciones a favor de la construcción de un gremio documental... pero, al tiempo, interrogantes que sobrepasaban el regocijo del momento comenzaron a pedir pista y me hicieron aterrizar en un espacio de realidad más azaroso . ¿Qué sentirán los 1800 artistas, gestores, investigadores de la cultura que se presentaron a la convocatoria pero no fueron premiados? ¿Y las decenas de miles de colegas que, en todas las regiones del país, no se enteraron de esa convocatoria? ¿o el alud de trabajadores de la cultura que sobrepasarán en los próxmios años los 70 calendarios y se incorporarán al batallón de los viejos desempleados? ¿Será que los legisladores del país son conscientes de esta problemática? ¿Incluirá la ley de la cultura una solución para la desprotección en la vejez de la totalidad de l@s trabajador@s de la cultura? Espero que entre tantas propuestas de cambio se esté gestando un marco legal, estructural, de protección para la vejez de las personas que aportan a la cultura. Felicito de corazón a quienes fueron acreedores del reconocimiento Trayectorias y, sobre todo, agradezco a cada trabajador de la cultura en Colombia por su aporte a la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

He sido un cultivador de cartas... pero se extinguen los huertos, las postales, los destinos. Busco materos, balcones, ventanas, lienzos libres donde pueda sembrar mis dudas, mis palabras, las cascadas de imagen que a veces se me ocurren. Dale hombre, me han dicho algunas fieles amistades, invéntate un blog, escribe. Ya verás que es un buen andén para compartir tu risa, tu silencio, tus desdichas. Curioso, dócil, ingenuo, acepto jugar a lo impreciso.