miércoles, 9 de noviembre de 2016

A TRUMPADAS

Escuché a una señora decir "América (usa) necesita un hombre de negocios, no un político"...el mundo neoliberal quedó al desnudo, no vivimos en una república sino en un negocio que necesita un gerente. Otra, tal vez la misma, dijo "Trump es un millonario, él no nos va a robar, él no necesita dinero, se acabó la corrupción"... el mundo neoliberal quedó al desnudo. Las empresas son el bien máximo y sus dueños son el resultado del emprendimiento y la sabiduría que les infundió el dios del capital. Quedó atrás la sentencia de Balzac "Detrás de toda gran fortuna hay un crimen". El nuevo amo es Mr. Universo, una especie de engendro machista y racista esculpido por décadas televisivas a golpe de suspiros y bofetones a la inocencia del espectador (y las reinitas) dóciles de Miss Universo. El strip tease del sistema reinante fue total y se escuchó una voz gritar "Estás despedido", solo que en esta oportunidad el premio gordo se lo ganó el demiurgo de "El aprendiz" y todos los ingenuos participantes entendieron que cada uno de ellos debía hacerse a un lado para que la aplastante figura amarillenta reinara en la pantalla. "Ahora todos ¡A trabajar! Hay que construir la nueva muralla china para que el resplandor enclaustrado caliente los hogares de la familia americana. Afuera la plebe mejicana. Que no entre un indio más y los que hasta ahora lograron entrar, vuelvan por sus túneles, antes de rellenarlos con cadáveres y cemento, a su tierra maldita. Que los pretenciosos negros, que generaron la ilusión de gobernar durante ocho años retornen a las mazmorras, a las calderas o a las guerras que haremos para ensalzar nuestra gloriosa tecnología. Que se vistan de camuflados para no ser vistos cuando les demos la orden de exterminar los adoradores de Alá que han pretendido invadirnos. A matar, a purificar el mundo, que no quede una palmera detrás de la que pueda esconderse un musulmán, una baratija que sirva de máscara a un chino. Bienvenido el nuevo rey. De nuevo en nuestras ciudades tendremos trabajo y prosperidad para todos (los blancos -amarillentos-) que construimos la gloria eterna de este país ..." 
¿Quién trapeará las babas del nuevo discurso? ¿Quién desinfectará las calles de los excrementos ácidos del reino prometido? ¿Cuánto tiempo durará esta súbito tsunami de oropel? Se escuchan gemiditos a lo lejos. Las madres de las tormentas se esfuerzan por no hacer mucho alarido mientras paren a sus hijos vengadores. Se escuchan murmullos de manos cargando las baterías de los drones que asaltarán las murallas imperiosas, de voces jóvenes que han sabido proteger sus ojos del resplandor con lentes a prueba de oropel incitando a la revuelta. Escucho a lo lejos una gran marcha de palabras sabias maltratadas esforzándose por recuperar el silencio, la lucidez, la compostura. ¿Serán verdad esos murmullos? ¿o pura ilusión? ¿simple deseo de un mundo golpeado por un acto súbito del más procaz exhibicionista? El sistema neoliberal se pasea desnudo por las calles esparciendo su sonrisa de ignominia, mientras un mundo atónito, alelado, espera reponerse de su repentino knock out.

Bogotá, noviembre 9 de 2016

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He sido un cultivador de cartas... pero se extinguen los huertos, las postales, los destinos. Busco materos, balcones, ventanas, lienzos libres donde pueda sembrar mis dudas, mis palabras, las cascadas de imagen que a veces se me ocurren. Dale hombre, me han dicho algunas fieles amistades, invéntate un blog, escribe. Ya verás que es un buen andén para compartir tu risa, tu silencio, tus desdichas. Curioso, dócil, ingenuo, acepto jugar a lo impreciso.