Cuántas veces me han preguntado:
-¿Y por qué no te dedicaste al cine?
-Y qué es lo que hago, pues...?- respondo.
-Pues sí, pero con actores...-
-¿...?
Qué mejores actores que aquellos que nos prestan -regalan- las imágenes de sus propios dramas, de sus aventuras, dichas o desgracias, por los paisajes vivos -o moribundos- de un país, -¿mundo?-, fascinante -tantas veces deprimente-.
-¿Y por qué no te dedicaste al cine?
-Y qué es lo que hago, pues...?- respondo.
-Pues sí, pero con actores...-
-¿...?
Qué mejores actores que aquellos que nos prestan -regalan- las imágenes de sus propios dramas, de sus aventuras, dichas o desgracias, por los paisajes vivos -o moribundos- de un país, -¿mundo?-, fascinante -tantas veces deprimente-.
Cómo me gusta conocer territorios y vidas y filmarlos. contarlos. Qué dicha cuando ese oficio, llámese como se llame, te lleva a sitios que siempre has deseado conocer, pero que por extraños designios, sólo lo alcanzas cuando tu cabeza se ha coronado con cabellos blancos. San Agustín, en el Huila, es uno de esos territorios sagrados de Colombia que aun no he visitado. Cómo agradezco al destino, y a los organizadores de su festival de cine, que, por fin, me lleven a conocer en este preciso instante de la vida ese espacio mágico y a sus gentes,
A ver ¿Quién se anima a acompañarnos en el VI Festicine SAN AGUSTÍN?
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