sábado, 16 de noviembre de 2019

YVES JEANNEAU TAMBIÉN DIJO ADIOS.


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Falleció Yves Jeanneau, director y fundador de Sunny Side of the docs. Co-fundador de Films d´Ici, exdirector  de Pathé docs y del  área documental de France 2. Conocí a Yves en Quito en 1999. Fue nuestro maestro de producción documental en un taller organizado por las embajadas de Francia de América Latina en el que creamos ALADOS junto a Ricardo Restrepo y Oscar Campo. A los pocos días vino a Colombia a participar en la Midbo. En esa oportunidad organizó el  primer pitch de proyectos documentales;  fue el inicio en Colombia de un método de selección que acababa de inventarse en el IDFA de Amsterdam y que con el tiempo se ha vuelto  la palabra pánico entre todos los que buscamos financiación para nuestras películas.  En aquella oportunidad,  en el auditorio del Museo Nacional, tuve el privilegio de encontrar el coproductor para  Las Castañuelas de Notre Dame. Recuerdo que Yves me dijo al escuchar mi presentación “No es con esta película que nos volveremos ricos, pero es una película que tiene que hacerse. ¡Absolument!”. Un año después, coproducida entre Lamaraca producciones y Pathé doc,  las Castañuelas inauguraba la Midbo y era difundida por France2 y un número considerable de cadenas europeas. En esa época, Yves co-producía el Caso Pinochet de Patricio Guzmán y Murder on a Sunday Morning de Jean Xavier de l´Estrade, documental ganador de un óscar de la Academia.  
Antes de establecerse en La Rochelle, el Sunny Side tenía su sede en Marsella. Allí estuvimos varios realizadores y productores latinoamericanos, invitados por Yves,  representando a Alados y al documental de una región en la que tenía puestas sus esperanzas,  Años después nos reencontramos en Buenos Aires donde intentó  sacar adelante Latin-Side of the docs, pero como tuvo desavenencias con la organización local se mudó a ciudad de Méjico, donde tampocó prosperó y desistió de su sueño de crear un mercado de documentales latinoamericanos. Optó por los mercados del este, y fue cuando creó en China, con un éxito rotundo el East-Side of the docs.
Yves era una bestia promotora de la industria del documental, como lo catalogaban en un artículo inglés que leí hace unos días. Estaba presente en cuanto evento apareciera la palabra docs y privilegiaba la circulación masiva en medios de difusión a la concentración en festivales que consideraba muy buena para el ego de los directores pero poco eficaz para la vida de las películas.  Lo recuerdo en el BAM del 2010 (¿o del 11?)repitiendo con insistencia, si en Colombia no forman productores para el documental, el género no prosperará en el país. ¿Será que ya los tenemos?
Nunca pensé que la realidad utilizaría sus leyes cuando a Yves Jeanneau le correspondiera su turno de partir. Siempre me dio la sensación de que tenía un escudo que lo protegería de un adiós inesperado. Pero él sí que lo sabía. Hace un par de años me lo expresó frente a un café en La Rochelle. Estoy cansado, me dijo, y el corazón ya no me colabora. No le creí. Ahora, cuando su adiós es un hecho, entiendo que su ausencia no se instalará en mis recuerdos. Es tan fuerte su presencia en mis decisiones cuando de actuar en mi oficio de documentalista se trata, que sus consejos, detestables a veces por pragmáticos, seguirán vivos, y los atenderé con esa extraña actitud de hermanito menor que percibe en ese gran hermano mayor una sabiduría eficaz y contundente que encontró en él su fuerza motriz, su residencia.
Gracias por todo Ives, buen viaje. Espero que donde estés el documental tenga una plaza privilegiada para entretener y hacer reflexionar a quienes por allí circulen o estén establecidos.  Estaré atento a tus palabras. Desde Colombia te envío un gran abrazo.
Diego García Moreno
San Vicente del Caguán 14 de noviembre de 2019

viernes, 27 de septiembre de 2019

¿SÍ SERÁ VERDAD QUE LUIS OSPINA SE FUE?





Esta mañana, mientras sus amigos en los alrededores de cuidados intensivos de la clínica Marly esperábamos el fin de su agonía, las redes que tanto utilizó ya lo habían enterrado. Imaginamos a Luis, muy enterado de la situación, con fina ironía tomando nota  de cada frase, de cada expresión, para incluirla en un posible “Nuestra película contraataca” o “El retorno del Tigre de papel” o “Todo comenzó de nuevo por el fin” que sigilosamente estaban grabando para él las cámaras de seguridad del hospital, y averiguando cuáles cadenas de radio habían dado cuenta de su fallecimiento antes de tiempo para solicitar los archivos.  Todos los elementos audiovisuales, para Poncho, eran piezas de un propósito, tenían un fin: convertirse en fragmentos de un relato que nos pondría enfrente del sorprendente, absurdo, patético, conmovedor accionar humano.
 A las doce del día Lina, su último gran amor, su fiel compañera de las dichas maduras y los sufrimientos postreros,  nos dio la noticia: Ya…se fue. Los suspiros y las lágrimas se modificaron. Esas especie de fake news que nos habían incomodado tanto se volvían una información real. La ausencia tomaba forma, pero, al mismo tiempo, el cruce de miradas entre nosotros, esa enorme complicidad forjada con Luis entre películas y fiestas donde la esencia era la imagen y la palabra y la música y la comida y la amistad y la embriaguez, nos obligaban a pensar que su ausencia no sería igual, que es tan grande el catálogo de anécdotas y recuerdos, de pensamientos concebidos, aprendidos o deformados entre juegos de palabras,  y , sobre todo, de películas y de malabares con cuanto elemento estuviera relacionado con el cine, que entendimos que la muerte de Luis no significaba en ningún momento un abandono, que sería imposible vivirlo como un ausente.  
Regresé a casa. Acabo de leer los mensajes sobre la muerte de Poncho afichados en las ventanas del celular. Esculqué en la pantalla del computador las referencias a su muerte. Son innumerables las palabras de pesar, los agradecimientos, las alabanzas a su obra. El mundo del cine se declara de luto y se manifiesta agradecido con su legado. Su Caliwood lo llora y lo acoge en su panteón, la Colombia  cinematográfica lamenta la pérdida de un grande, la Latinoamérica cinéfila y el mundillo del séptimo arte que con tanto esmero sedujo durante su vida declara abiertamente su dolor.  En medio de esta extraña soledad sentí su presencia y le pregunté ¿Y ahora qué, compadre? ¿Cómo hablaremos?
La única palabra que parecí escuchar fue cine. Cine mudo, cine en blanco y negro, cine en colores, cine negro, cine de cualquier forma, cine arte, cine de la vida, cine  documental. Y ahí se me rayó la cabeza. Pensé entonces en su cine, en su cine amado, en su cine documental. Documental cercano, documental de amigos, documental sarcástico y de risa y de inteligencia y de golpe certero en la cabeza de un país que sabía hipócrita, conservador y mojigato.  Sentí su cine engalanado con un manto de pesimismo, con un pelaje anárquico, con una conciencia de la decadencia y la desesperanza, a tal nivel, que su proyección en una pantalla era la única esperanza.
Luis, en gran medida, es responsable de esta pasión que yo y que muchos otros hemos desarrollado por el documental. Luis Ospina, Poncho, fue documentalista solitario y al tiempo fue el cómplice de todos. En su tiempo, fue de Alados, pero durante mucho tiempo también supo ser el más distante…Hoy lo reconocemos como nuestro miembro honorario. Veo que todos lo reconocemos como nuestro compañero y maestro, y en verdad que sí lo es. Nos ha dejado una herencia prodigiosa: su extensa obra, sus reflexiones, su poesía, su humor y sus sarcasmos. Tendremos que estudiarlo, seguramente lo amaremos o lo maltrataremos. Algunos lo idolatrarán y otros tratarán de despreciarlo, pero, estoy seguro, nunca lo podremos ignorar.
En medio de esta tristeza, siento risa. Apago la luz, me meto en actitud sala de cine y escucho el resonar de un trailer que promete: “Tendremos Luis Ospina para rato.”

Diego García Moreno
Amigo de Luis, documentalista, presidente de  la junta de Alados.
Bogotá  27 septiembre de 2019

jueves, 18 de julio de 2019

LAS CASTAÑUELAS DE NOTRE DAME EN EL TEATRO COLÓN


































  LA FUNCIÓN RITUAL DEL DOCUMENTAL 

El  pasado lunes 15 de julio de 2019, en el Teatro Colón, se cerró un círculo ritual. Jairo Tobón, el bailarín paisa que con el pasar de los años y un misterioso designio se convirtió en sacristán de Notre Dame, danzó ante un público sonriente y respetuoso que, atento en la penumbra de la platea, seguía el relato en imágenes proyectadas que reconstruían su particular periplo por escenarios mundanos y sagrados de este mundo. El cine, el documental, logró sanar la herida que el personaje de Las Castañuelas de Notre Dame, muerto en marzo de 2017,  llevó abierta desde mediados de los años sesenta cuando por un incidente con el director del Ballet Folclórico Gran-colombiano, o malentendido, como Jairo calificó el insuceso en la película, no pudo exponer su arte en las tablas del Teatro y desvió sus pasos por rumbos imprevistos hasta encontrar una plaza en la nómina de la catedral.

Quién hubiera pensado que esta velada se haría posible como consecuencia del devastador incendio que el 15 de abril pasado consumió el techo de madera, "el bosque" como era conocido el conjunto de vigas de troncos milenarios que sostenían el tejado, "una estructura construida con mil trescientos robles talados en los siglos XII y XIII, el equivalente de una plantación de veintiún hectáreas",  y la torre de plomo, la "flecha",  de Notre Dame de París, con una  altura de 93 metros y un peso de 750 toneladas,  poniendo  en evidencia la fragilidad de las obras en apariencia eternas del patrimonio cultural de la humanidad:  Como si yo fuese un doliente del templo, mis redes fueron invadidas con mensajes de solidaridad y pésame enviados por amigos o admiradores de la película que realicé a finales del siglo XX. La memoria de Jairo, fallecido en marzo de 2017 en circunstancias lamentables, se instaló en un pedestal del presente y comenzó a tener una participación activa durante el duelo colectivo de quienes admirábamos ese misterioso y fascinante espacio.

Entre las imágenes que recorrieron el mundo hubo una que me impactó profundamente: mostraba en ligero picado la parte trasera de la iglesia en llamas. Reconocí el emplazamiento de la cámara. Fue tomada desde la terraza del piso superior del Instituo del mundo árabe, en el mismo lugar donde filmé a Jairo en el 2000 observando a Notre Dame cuando, atormentado por la enfermedad y la incertidumbre, aceptó venir a Colombia a rehacer los pasos que lo llevaron a París, a ayudar a calmar la gente con el sonido de sus castañuelas, y a tomar la decisión entre permanecer en Colombia cuando le asignaran su jubilación o regresar Francia a finalizar su vida. Esta imagen se encargó de  entretejer las diferentes aristas de mis recuerdos y me lanzó a una nueva aventura.

Bogotá, mayo 7 de 2019

Señor
MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ
Director TEATRO COLÓN
Ciudad.

Apreciado Manuel José,

Tras la terrible fatalidad  acaecida recientemente a la Catedral de Notre Dame de Paris nos parece pertinente hacerle un homenaje en Colombia a tan sublime patrimonio artístico de la humanidad; y  qué mejor manera que asociando su memoria al Teatro Colón. Esto es posible a través de la  particular relación que establecieron este par de joyas arquitectónicas en la película LAS CASTAÑUELAS DE NOTRE DAME.

Por extraño que parezca, el Teatro Colón jugó un papel fundamental en la vida del protagonista del documental, y en sus instalaciones fue rodada en el año 2000  una de las más conmovedores secuencias de la película. Jairo Tobón llegó a París como bailarín de flamenco a actuar en una opereta y, por circunstancias de la vida, se vinculó al mítico templo para trabajar durante 25 años como sacristán. Después de grabarlo en el universo íntimo de Notre Dame, al acercarse Jairo a su jubilación, como director del documental, lo convencí de que viajáramos juntos a Colombia para rehacer los pasos recorridos desde su infancia en Andes, Antioquia, hasta llegar a París. En esa ruta el Teatro Colón fue determinante: a mediados de los años sesenta,  ocurrió allí un acontecimiento que lo impulsó a irse a buscar suerte en Europa.

Creemos que esta es una buena oportunidad para renovar los lazos de cooperación cultural entre Francia y Colombia, tan presentes en la película: “Las Castañuelas…” fue   proyecto ganador en 1999 del concurso “Le ponemos ojo al talento” del entonces recién creado Ministerio de Cultura y Lamaraca Producciones la coprodujo con la prestigiosa productora francesa Pathé,  y su première tuvo lugar en la inauguración de la Muestra Internacional documental MIDBO de 2001.

Conociendo los excelentes medios de proyección con que cuenta el Teatro en la actualidad, el contenido netamente cultural y la calidad de la película, nos permitimos solicitarle considerar la posibilidad de hacer una función de la película en su gran sala. 
ALADOS –Corporación colombiana de documentalistas- , con el apoyo de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura, el aval de La embajada de Francia y de la Asociación Concorde, estamos unidos en este propósito. En nombre de todos  ellos y en el mío propio solicito atentamente una cita para exponerle en detalle el proyecto.

Cordial saludo,

Diego García Moreno
Director-Productor
Presidente Junta Directiva de Alados- Colombia.



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Gracias a la comunidad de colegas cineastas documentalistas de Alados que acompañaron este sublime capricho; gracias a la dirección del Teatro que nos abrió sus puertas para oficiar el ritual; gracias a la Embajada de Francia que nos permitió brindar por los enlaces interculturales que de manera sutil tejen los aparentes pequeños personajes y las contundentes arquitecturas; gracias a todos los espectadores que nos acompañaron, ¡al público!, el maravilloso público que nos acompañó y, una vez más, dio sentido a nuestro potente y mágico oficio. Y gracias, muchas gracias, a quienes con su aporte económico voluntario colaboraron para que nuestro gremio pueda extender su vuelo.

martes, 14 de mayo de 2019

Oficios y rutinas


Empacando los días en bolsitas de galletas
Despachando los muertos en archivos comprimidos
Verificando el compás de las estrellas negras
Aplanchando el olor de los amores rotos
Olvido barrer las migajas del olvido

Ladra un perro con su voz de amo
Abandono el delantal  de buen obrero
Corro a soplar con mis labios las aceras
Picotean las mirlas las semillas de la guerra 
Florecen las latas sembradas en el limo.

Las nubes se detienen y una voz me llama
Vuelve pronto no te alejes ya no hay prisa
El universo celebra su desorden
Cayó en el sueño que aprendió en su cuna
No grites más no corras no respires
Vuelve a tu oficio el viento te reclama

Los días  
los muertos
las estrellas negras
los amores rotos
y ese olvido que olvidar olvida
pacientes esperan que oficie  mi rutina

Diego García Moreno
Bogotá, mayo 14 de 2019

miércoles, 20 de marzo de 2019

PREMIERE ZAPATA CANTOS DE PIEDRA en artFIFA MONTREAL


Función en la sala Paul-DesmaraisPaula . Foto de Paula Vallejo

PREMIÉRE MUNDIAL DEL CORTOMETRAJE DOCUMENTAL
ZAPATA CANTOS DE PIEDRA
de Diego García Moreno
Selección Oficial del FIFA -Festival Internacional de films sobre Arte-
Centro Canadiense de Arquitectura - Teatro Paul-Desmarais.
El miércoles 20 de marzo a las 3 pm.
Montreal, Canadá

Palabras para el público asistente a la première mundial de la película “Zapata cantos de piedra” en artFIFA Montreal 2019.

Muy buenas tardes.
Gracias por hacer presencia en este acto ritual al cual, por motivos ajenos a mi voluntad, no he podido asistir. Desde Colombia, los acompaño de todo corazón.
Hoy tengo el honor de presentar por segunda vez una película en artFIFA. Es muy importante para mí pues este festival es un acto de amor entre las prácticas humanas que considero más sublimes: El arte cinematográfico en función de las demás creaciones artísticas.
Hace casi una década representé a mi país con una película sobre una artista figurativa, histórica y  política: la artísta plástica Beatriz González. En ese momento Colombia estaba sumergida en el conflicto y la visión de su historia a través del arte era una manera eficaz de reflexionar sobre nuestra tragedia.
Por fortuna, en los años subsiguientes, un proceso de pacificación en el país fue cambiando la percepción de su destino.
El cortometraje que hoy vemos fue comenzado a rodarse justo cuando se firmaba un tratado de paz. Al realizarlo lo consideré como una ventana al futuro, un sueño del post-conflicto: Hugo Zapata es un escultor abstracto inmerso en una lectura de las formas y las escrituras estampadas en nuestro territorio geológico.
Qué bueno tener la oportunidad de salir de la inmediatez de la guerra para entrar a reflexionar sobre un tiempo mayor, un tiempo planetario, cósmico: ese es un regalo de la paz.
Zapata, Cantos de Piedra es la primera etapa de una producción que adelanto con el propósito de llegar hasta un largometraje que en un futuro aspiro a  poder presentar en este festival.
Anhelando que los actuales acontecimientos en la política colombiana no trunquen la consolidación de esa paz que tanto nos ha costado construir y  que podamos seguir soñando,  agradezco al art FIFA por permitirme realizar este bautizo fílmico ante su maravilloso público y espero que disfruten la película.

Diego García-Moreno.
Bogotá, marzo 20 de 2019
Hugo Zapata en pantalla- foto Paula Vallejo


En un país telúrico de cataclismos geológicos y sociales, Hugo Zapata, escultor, arquitecto y poeta, esculpe la piedra, procesa las convulsiones del territorio hasta convertirlas en arte. Rescata las huellas de la acción del fuego subterráneo, del magma que emerge por los volcanes y se esparce sobre la superficie de la tierra incorporando los seres vivos que encuentra a su paso, de los terremotos que fracturan las capas tectónicas o de la interacción del agua y la tierra que obliga a reconocer la vida mineral. Inspirado por antiguas civilizaciones, crea formas que soportan la memoria y se convierten en símbolos y objetos rituales perdurables. El cortometraje Zapata, cantos de piedra nos lleva a reconocer las escrituras que la tierra hacía antes de que el hombre escribiera y nos propone un respiro para pensar nuestro tiempo geológico.

Zapata, cantos de piedra, que recibió un estímulo de la convocatoria FDC de cortometrajes documentales 2016, fue producido y dirigido por Diego García Moreno en coproducción con Lamaraca Producciones, con la fotografía de Sergio García Moreno, el diseño sonoro de Sally Station, el montaje y la asistencia general de Juan Kai Mejía, la producción general de Lina Sampedro, música original de Paul Desenne, y corrección de color y mezcla en Guateque Cine.

Diego García Moreno es director especializado en cine documental, egresado de La Escuela Louis Lumière de Francia, gerente de Lamaraca Producciones, fundador de Alados y catedrático de cine. Su filmografía incluye títulos como Clan-destinos”, La Tragedia: entre telones”, "Beatriz González, ¿por qué llora si ya reí?", "El corazón", "Las Castañuelas de Notre Dame", "Colombia horizontal", "Colombia con-sentido", y "Colombia elemental".

Para información sobre el festival:

Duración: 14 minutos
Formato de proyección: DCP
Contacto: diegogarciamoreno@gmail.com
Cel: +57 316 431 6439

viernes, 8 de marzo de 2019

UN CHAT FAMILIAR IN MEMORIAM DE JORGE ALBERTO NARANJO.


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[17:41, 7/3/2019] Luis Fernando García M.: Murió Jorge Alberto naranjo

[17:42, 7/3/2019] Diego García-Moreno: Qué triste. Pero, por lo que me contaste, siquiera dejó de sufrir.
[17:44, 7/3/2019] Sergio Garcia cel: Pues si
[18:47, 7/3/2019] Beatriz Teresa De Jesus Garcia: Lo siento. Fue un buen amigo.
[4:48, 8/3/2019] victoria eugenia garcia moreno: Lo siento!! No lo conocí, te lo oí mencionar
[7:22, 8/3/2019] Diego García-Moreno: Tengo dos recuerdos fascinantes de Jorge Alberto Naranja: uno, en pantaloneta, encestando canastas, una tras otra, mientras entrenaba en solitario lanzamientos  al aro en la cancha de basket del patio central del colegio de San José, en la loma del cerro Pandeazúcar en Medellín; dos, vestido de blanco en un auditorio de la ciudad universitaria de la Universidad de Antioquia, dictando con una fluidez verbal despampanante una conferencia sobre la novela "Bajo el volcán", enfatizando en la persistencia de las culturas precolombinas en Méjico y su presencia contundente en las artes contemporáneas del país Azteca.  Al enterarme de su fallecimiento siento nostalgia y un enorme deseo de agradecerle esas gotas de energía física y mental que nos regaló para agregarle al día a día.
[7:23, 8/3/2019] Beatriz Teresa De Jesus Garcia: Muy bonitas palabras,
[7:26, 8/3/2019] Diego García-Moreno: Uy, tengo un tercero: recuerdo sus manos escarbando incesantemente entre su larga barba cuando lo filmaba para un documental sobre cien años de la ingeniería en Colombia, mientras su mirada desacelerada por la marihuana, nos conducía dócilmente a los estruendosos efectos de los choques de las placas tectónicas y las insondables cuestiones matemáticas derivadas del caos producido por el accionar de los fluídos.

Whatsapp  “Familia García Moreno”. Marzo 6 y 7 de 2019.








TRADUCCIÓN DEL CHAT.

Al enterarme de la muerte de Jorge Alberto Naranjo, su figura apareció en tres recuerdos:
Uno.
En pantaloneta, encestando canastas, una tras otra, mientras entrenaba en solitario lanzamientos al aro en la cancha de basket del patio central del colegio de San José, en la loma del cerro Pandeazúcar en Medellín.
Dos.
 Vestido de blanco en un auditorio de la ciudad universitaria de la Universidad de Antioquia, dictando con una fluidez verbal despampanante una conferencia sobre la novela "Bajo el volcán", enfatizando en la persistencia de las culturas precolombinas en Méjico y su presencia contundente en las artes contemporáneas del país Azteca. 
Tres.
Recuerdo sus manos escarbando incesantemente entre su larga barba la tarde en que lo filmaba para un documental sobre cien años de la ingeniería en Colombia, mientras su mirada, desacelerada por la magia de un bareto, nos conducía dócilmente a los estruendosos efectos de los choques de las placas tectónicas y las insondables cuestiones matemáticas derivadas del caos producido por el accionar de los fluídos.
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Al enterarme de su fallecimiento siento nostalgia y un enorme deseo de agradecerle esas gotas de energía física y mental que nos regaló para agregarle al día a día.

miércoles, 9 de enero de 2019

LA PELOTA Y EL BAMBÚ


En la esquina de la piscina hay una pelota. Reflejada en el borde, casi imperceptible, la punta de una rama de guadua, como un filamento de espartillo. Las líneas que guiaron mis jornadas de natación intentan marcarle un rumbo a las nubes, pero ellas prefieren la diagonal que les traza la fuente de luz que se despide. La corriente de nubes no parece inmutarse con el leve oleaje que empieza a perturbar su reflejo en el agua. En un instante , por culpa de la brisa, el reflejo impreciso del gran bambú le hará un coqueteo a la pelota que comenzará a moverse dócilmente,  y la luz se irá, dejando que las cosas humanas, tan recientes,  y la veterana naturaleza improvisen en secreto insondables gestos, conversaciones sin pudor que entremezcladas a nuestros sueños desatarán iluminaciones y exigirán rituales.
Diego García Moreno. enero 9 de 2019.

He sido un cultivador de cartas... pero se extinguen los huertos, las postales, los destinos. Busco materos, balcones, ventanas, lienzos libres donde pueda sembrar mis dudas, mis palabras, las cascadas de imagen que a veces se me ocurren. Dale hombre, me han dicho algunas fieles amistades, invéntate un blog, escribe. Ya verás que es un buen andén para compartir tu risa, tu silencio, tus desdichas. Curioso, dócil, ingenuo, acepto jugar a lo impreciso.