miércoles, 25 de marzo de 2020

DIARIO DE CUARENTENA*. PANDEMIA TROPICAL 1

Estos escritos, con ritmo de diario, aspecto de prosa, canción, trova o poema, estarán apareciendo mientras dure el estado de cuarentena en el que hemos caído... y serán un elemento documental para comprender la evolución personal y colectiva de una situación que saca la cotidianidad de los parámetros vividos hasta hoy.

*Empecé llamando estas entregas  CRÓNICAS CORONOVIRULARIAS. Publiqué la número 1, pero al día siguiente no me gustó ese nombre y decidí cambiarlo por DIARIO CORONAVIRUSLARIO, la sonoridad me pareció más seductora. Pero al día siguiente lo sentí tan desagradable como los virus mismos. Entonces, como de estar activo en la cuarentena se trata, hoy opté por bautizarlas DIARIO DE CUARENTENA y para cada entrega utilizaré un título. Empecemos con :


PANDEMIA TROPICAL 1. DeL FICCI hasta BOGOTÁ.


Cartagena, marzo 16….

coro
Ni festival, ni fiestas, ni películas, ni mar.
Cartagena 20 20, nunca te voy a olvidar.
Tardamos sesenta años
para empezar a boquear.

I. La mañana
No hay casi gente en la playa.
El mar parece un dócil perro
esperando a que su amo lance el palo,
la pelota, el hueso o el bumerán.
Cuando estoy a punto de tocar el agua con la punta del pie
Desde un lejos cercano un policía en uniforme verde grita:
¡Está prohibido bañarse en el mar!
Cara negra, vientre gordo, manoteos ágiles,
el director de la orquesta sinfónica ausente
me comunica el ¡No!
¡Está prohibido bañarse en el mar!
El coronavirus impuso sus normas.
Y nosotros, sus súbditos, simplemente las debemos acatar.

Tendremos que aprender a lidiar con los tiempos
dislocados, aparentes, imprecisos, inocentes:
De la voluntad de acción a la pereza en acción,
de la embriaguez del instante  a la desazón del encierro,
del chapuzón de la inconsciencia al tedio de las noticias.
Del "y entonces qué" al "qué irá a pasar"...
Tres días de cronograma vacío en Cartagena
serán el taller del cual saldré diplomado.

Las ocho de la mañana durarán todo el día.
Desde la hamaca en el balcón aprenderé a disfrutar
el vaivén del humo de calor inútil
que a ritmo de viento danzará sobre la arena,
y dispondrá a su amaño de la playa
ante la ausencia de lancheros y turistas,
de sus tropeles, olor e intensidad.

Aprenderé, espero, a escarbar con las maría-mulatas,
pluma a pluma, pico a pico, codo a codo.
A esperar el parsimonioso pelícano,
a seguir su vuelo, a verlo planear,
hasta que de repente se lance de cabeza a la sal del mar,
y salga atolondrado, medio ciego,
con el pico sujetando un lebranche  
y una sonrisa extensa del mismo tamaño
que su herramienta bucal.

coro
Ni festival, ni fiestas, ni películas, ni mar.
Cartagena 20 20, nunca te voy a olvidar.
Tardamos sesenta años
Para empezar a boquear.

II. La tarde

Aprenderemos a dejar que la baba ruede por la comisura
Sin perturbar los ronquidos de las dos de la tarde
A abrir el ojo y volverlo a cerrar porque no hay prisa
A recordar lo que acabo de soñar y a preguntarme qué sería
Miraré con desconfianza el resplandor de las tres de la tarde
Y comprenderé el por qué de tanto pájaro escondido
Quizás a las cuatro descenderé a las baldosas y
Aprovechando su frescura iré a mear sin esfuerzo y sin premura
Aprenderé a repetir la siesta si mi intento de leer no fructifica
Aprenderé a no mirar el celular  ni la pantalla donde escribo
Y a eso de las cinco a colocar las esperanzas en el poniente
Más allá de la playa de la arena del costado Tierra Bomba
A esperar la noche con la pareja de loritos
Que cada atardecer regresan a la rama donde se pueden amar

Cada veinte minutos una buseta pasó frente al balcón
Era como una invitación a recordar
que si quería ir a la ciudad amurallada
era cuestión de levantar la mano y entrar
tomar un asiento frente a una ventanilla y mirar la ciudad pasar

Pero no puedo estoy recluido.
Mi actitud es de hamaca permanente
Y aquí estaré hasta que el policía verde desaparezca
y pueda continuar con el plan
de bañarme muy temprano en el mar

coro
Ni festival, ni fiestas, ni películas, ni mar.
Cartagena 20 20, nunca te voy a olvidar.
Tardamos sesenta años
Para empezar a boquear.


III.
La fuerza de la UNIÓN
O LA Unión a la fuerza.

Nos une la palabra Cancelado
Nos une la palabra Postergado
Nos une la incertidumbre
La inacción y  el desconcierto
Nos une la perspectiva de una muerte en coro
La esperanza de una vacuna redentora
La lotería del inquieto azar

Si no fuera por estas uñas
que insisten en rascar mi piel
creería que todo es quietud
Por este deambular
entre el catre y el balcón
creería que todo es calma y reposo
Si no fuera por estas mechas ensartadas
de tanto enredarlas con mis dedos
creería que todo está dispuesto para reposar
o quizás meditar sin esfuerzos sin afán

Por fortuna el sol tiene la costumbre de ocultarse
Y pareciera que le incomoda irse sin deslumbrarnos
Se vuelve un pavo real seductor
Y  llena de color el cielo  y el mar

Desde el balcón lo miró ocultarse tras la boca

De la popa a las bocas.

Cartagena tiene dos bocas:
Una boca chica
Y una boca grande.

IV. La noche
de noche o la noche de todas las noches.

Las Bocas a Cartagena
Le sirven pa conversar
Pero cuando llega el virus
Las usa pa estornudar

Cuando cerraron el ficci
La gente desconcertá
Salió a buscar la fiesta
En calles amurallá
O en balcones ventilaos
Donde pudieran bailar

Quiebra Canto y otros bares
Estaban a reventar
El sudor corría a mares
nuestra dicha era rumbiar
Con cada grito a la peste
queríamos exorcisar

Sábado domingo y lunes
La cosa fue más prudente
Entre noticias la gente
Se sintió menos inmune
Creyendo esquivar la peste
Yo regresé a Bogotá

Del taxi al aeropuerto
sala de espera y avión
el paisaje era incierto
reinaba la confusión
Los turistas europeos
Eran vistos con temor

Volando sobre Colombia
Sentí angustia de planeta
Arrastramos las  pandemias
y las pestes cual cometa
Una estela de amenazas
Sepulta planes y metas

Bogotá a medianoche
Era una ciudad fantasma
sin peatones ni coches
ni indigentes…no había un alma.
Cuando llegué a mi casa
ya Sally dormía en calma

Me dispuse a saludarla
Pero me sentí inseguro
Quizás de esta ruta larga
Mi cuerpo no venga puro
No pude estamparle un beso
Sentí un temor oscuro

Prendí la televisión
Y una arepa preparé
Hundido en la confusión
las noticias mastiqué
hospitales, ataúdes
caras largas por doquier

La china Italia España
Usa Rusia gente muerta
El virus todo lo empaña
Latinoamérica alerta
La pandemia y su maraña
En el África es incierta

Cartagena quedó atrás
La familia es buen reposo
Tomás quieto en Portugal
Sally canta sin acoso
La nevera está surtida
Slow time es la partida

CONTINUARÁ....

1 comentario:

He sido un cultivador de cartas... pero se extinguen los huertos, las postales, los destinos. Busco materos, balcones, ventanas, lienzos libres donde pueda sembrar mis dudas, mis palabras, las cascadas de imagen que a veces se me ocurren. Dale hombre, me han dicho algunas fieles amistades, invéntate un blog, escribe. Ya verás que es un buen andén para compartir tu risa, tu silencio, tus desdichas. Curioso, dócil, ingenuo, acepto jugar a lo impreciso.