Pedaleo para ahorrarme el bus. Ahorro el bus para tomarme
una fría. Me tomo una fría para opacar el calor. Opaco el calor para soportar
el trajín. Soporto el trajín para olvidar su mirada, su voz, su cuerpo, su
silencio, sus insultos, sus caricias, su ausencia, el olor de su arroz, de su
patacón y su cachama , de su sueño y sus axilas.
Pedaleo y siempre aparece en mi camino. Espera un bus,
cuelga un trapo, un plástico o un cartón para opacar el sol, para aumentar la
sombra, para menguar este calor que se confunde con castigo.
Pedaleo, y siempre aparece en mi camino, la veo sin mirar a
ningún lado, protegido por estas gafas negras que esconden la tentación de
buscarla cuando trepa la escalera, cuando se arriesga a que un resbalón la descargue
en el abismo y descomponga su
figura de hembra mil veces amada y bendecida, tantas veces envuelta en piropos
y maltratos, baratijas y gemidos.
Pedaleo y pedaleo para ahorrarme el bus...
Neiva, 21 de agosto de 2013
Bus-came y pedalea...
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